No se oculta. Su teléfono se puede hallar en Facebook, donde da la dirección de un locutorio en L'Hospitalet de Llobregat. Se presenta como gestor y ofrece un «servicio de administración de citas previas» para gestionar los permisos de extranjería que se cursan en comisarías de Policía Nacional y dos oficinas colapsadas en Barcelona, que prestan sus labores para toda la provincia. Ahora se tarda entre setenta y cinco y 90 días a atender a los demandantes, pero para tener fecha es indispensable extraer cita en internet. Y es labor casi imposible. «Parece un sorteo», equiparan en las asociaciones de inmigrantes, preocupadas por una dificultad que ha afianzado un mercado informal para burlar el atasco, en el que se venden los resguardos que la administración ofrece sin costo en una web que apenas los despacha.
«No hay citas disponibles para la oficina de Barcelona. Cuando las hay, son trescientos euros», tasa el conseguidor contactado por este medio. No es un capricho pretender lo antes posible el ticket, un mero formalismo que, al expedirse a cuentagotas en una página del Gobierno, se ha convertido en una posesión codiciada. De procurárselo pronto depende que no venza la documentación que se demanda a fin de que un inmigrante traiga a su familia a España o bien hacerse con una autorización de vivienda. El plazo en que expira es de un año o bien incluso menos.
Reunir los informes en el sitio de origen, recibirlos tras unos meses y prepararlos (o traducirlos, de no ser un país hispano) puede suponer un coste de más de mil euros. Además, existen las mordidas que ciertos funcionarios de esos países exigen por su cometido, apuntan ciudadanos de Pakistán y Senegal. El ahínco, en el que los familiares se implican, se estropea de no concretarse fecha y hora en Extranjería a tiempo.
«Si no tengo cita y se expiran los papeles, mi familia de Pakistán tiene que regresar a las oficinas y gastarse dinero otra vez», teme A., al que su documentación prescribe a mediados de mayo. La recabó para traerse a su mujer y su hijo de dos años, que se embarcaron en un viaje de unas 7 horas desde las montañas de Cachemira para recorrer ventanillas en la capital, Islamabad. «Hay que ir a una oficina, a otra, a otra... Es mucho gasto en transporte. Salieron del pueblo la noche antes. Hemos sufrido por estos documentos», acredita.
A. lleva un mes topando con exactamente el mismo mensaje en el móvil: «En este instante no hay citas disponibles». Para solventarlo, un conseguidor le solicita cuatrocientos euros. «Me afirma que me logra cita en una semana. No tengo mucho dinero. Si me cobrara menos, unos doscientos euros, lo pediría prestado y lo devolvería poco a poco», conjetura A., que no puede arriesgar alén de finales de febrero para asegurarse una fecha para aportar los certificados en término. "Sacar cita habría de ser fácil, no tengo por qué gastar mi dinero en ello y podría enviarlo a mi familia para que compre comida, zapatos, fármacos...", cuenta.
«Esto abre las puertas a la corrupción y a quien quiere dinero fácil», alarma Tahir Rafi, de la Asociación de Familias Paquistaníes de España, que suplica «una solución» a la Delegación del Gobierno en Cataluña. «Lo que más me duele es que mucha gente trabaja 12 horas, cobrando una miseria para mantener a sus familias, y cuando pagan por una cita lo están sacando del pan de sus hijos y el tratamiento de sus madres», protesta.
La Delegación responde que «existe una fuerte demanda» para personarse en las oficinas «y no se puede atender tan rápido como requieren los interesados». Alega que se ha reducido la demora instaurando desde octubre un sistema alternativo, consistente en mandar la documentación por adelantado para otorgar cita. Diferentes entrevistados coinciden en que, aparte de mantenerse el retraso, se han rechazado citas a través de esa vía aduciendo motivos que tachan de fútiles, como una resolución inapropiada de los comprobantes que tienen que escanearse para ser remitidos.
"Nos ha pasado a todos y cada uno de los abogados. Cualquier excusa es válida", cuestiona Quim Clavaguera, del bufete Barcelona Extranjería Abogados. "Cada vez nos pasa menos, por el hecho de que miramos los documentos con lupa. He llegado a dedicar media hora para poder ver si la resolución de un pasaporte es correcta", comenta Clavaguera, que no pesca nuevas citas desde "antes de Navidad". "La última que logramos era para un par de meses más tarde", indica, y ve que «faltan funcionarios para el volumen de expedientes» que circulan en la provincia de Barna.
En la federación latinoamericana Fedelatina aconsejan conectarse cada martes y miércoles a las 9.30 horas al sistema de entrega de citas, cuando aseguran que se cuelgan. "Hay quien la ha logrado de esta forma, pero se debe atinar en darle al enter en el microsegundo preciso. No habría de ser de esta forma, debería facilitarse", postula su presidente, Javier Bonomi, quien sí aprecia que el método auxiliar con el que la Delegación trata de descongestionar la web "evita mucho que haya comercio con las citas". En cualquier caso, remarca que los inconvenientes para conseguirlas siguen siendo la consulta primordial que atienden. "Es tan bastante difícil que nuestra letrada también se protesta de que le cuesta sacarlas", corrobora Jossie Rocafort, de la entidad filipina EMAISS.
Un joven colombiano, Omar, abonó 90 euros en un local del Raval hace casi un año para adquirir un resguardo. «Si esperaba, el costo era menor. El más asequible en ese momento era de cuarenta y cinco o bien cincuenta euros», revela. En su caso, le urgía tras no conseguir que su visado se renovara. «El muchacho me consiguió una cita el mismo día para un par de semanas después. Fui, tomó una foto de mi pasaporte, solicitó el dinero y ya estaba», relata. abogados para inmigrantes
Omar, senegalés, prefirió no abonar, si bien asegura que hasta la policía le recomendó hacerlo. «La mayoría de los que conozco ha pagado, y ha sido mucho dinero para ellos», constata. Cuenta que procuró denunciarlo pero absolutamente nadie deseó confiarle detalles. «Pagan por el miedo a perder la residencia y el trabajo, pues para renovar el contrato o buscar un empleo te solicitan una tarjeta de vivienda en vigor. Si los mafiosos saben que lo precisas de verdad, te dan un costo que debes pagar», sostiene.
«El coste va variando, dependiendo de si se saca citas o bien no. Es un mercado en estado puro», asevera un activo miembro de la comunidad paquistaní. Confiesa que conoce «despachos que han contratado a personas que trabajan con ordenadores superpotentes, dándole continuamente al enter, reiniciando, quitando cookies, usando diferentes navegadores y técnicas de informática y, a la mínima que hay citas disponibles, las cogen y las sacan como churros».
"Dicen que hacen mucho esfuerzo para conseguir citas y piensan que lo justo es cobrar. Desde mi opinión, se juega con las necesidades de las personas, y la oficina de Extranjería tiene responsabilidad, pues no pone medios suficientes", opina. La Delegación responde que se han incorporado funcionarios "recientemente" para fortalecer el equipo. Añade que no ha recibido demandas sobre la reventa de tickets.
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